23 - 10 - 29

Presentación del libro escrito por Miren Aranguren, Monika Mendiberri y Ainara Santamaría.
Últimamente se habla mucho de los cuidados, pero queremos mirar con cautela la extensión del concepto, ya que vemos el riesgo de vaciarlo de contenido y neutralizar el potencial transformador de la mirada a los cuidados desde una perspectiva feminista.
Hay muchas voces hablando de los cuidados, con la promesa de que cambiarán la organización social de hoy en día, pero de raíz nada está cambiando. Este nos parece el caso de algunas instituciones públicas, de muchos planes que se ponen en marcha, de varias empresas privadas. Y queremos observarlo con atención.
Hemos llegado a escribir el libro Ez dadin bizitza eten (Que no se interrumpa la vida) desde una inquietud y desde el amor. Precisamente, desde el amor a la vida y desde la preocupación de ver peligrar la vida misma. Las vidas cada vez son menos vivibles y esto es un peligro que no nos deja indiferente, al menos a nosotras. Por eso hemos recurrido a los cimientos, a los cuidados, puesto que son la esencia de la vida.
Puede haber infinidad de maneras de hablar sobre los cuidados. Se puede hablar de forma deseable porque sin cuidados prima la precariedad y la soledad. Pero se puede hablar señalando las injusticias, porque tal y como están organizados hoy los trabajos de cuidados son fuente de explotación. Nosotras en el libro hemos trabajado los dos puntos de vista, porque hoy en día la vida de unas personas supone la interrupción de otras.
Para escribir este libro nos hemos nutrido de las reflexiones del movimiento feminista. Además, a estas páginas también llega el eco de las personas que hemos conocido en los procesos que se han iniciado en localidades como Hernani, Sakana, Usurbil, Andoain, Zaldibi y otras. En especial, de las cuidadoras, que están en primera línea de las tareas de cuidado. Lo que aquí se reúne es, pues, un amplio recorrido.
Hemos escrito desde lo que nos ha dado nuestra experiencia, pero también desde nuestras fronteras. Somos conscientes de que acumulamos privilegios y de que nos cruzan las distinciones, y desde ese lugar hemos hecho la lectura, desde esa subjetividad, que es la única manera que tenemos de acercarnos a la realidad.
En este libro no hemos podido actuar sobre todas las complejidades que encierra el cuidado. Hemos recopilado algunas, y hemos creado el libro para seguir tirando de ellas y dar debate y reflexión feminista sobre el cuidado a diferentes ámbitos de la sociedad.
Es decir, nuestro objetivo es que se reconozcan políticamente los cuidados, que se siga haciendo el esfuerzo de colocarlos como prioridad en las agendas. Poner un granito de arena más para seguir debatiendo cómo vamos a cambiar nuestras casas, nuestras asociaciones, sindicatos, partidos, relaciones, empleos, tiempos… en definitiva, nuestra organización social.
El 30 de noviembre tenemos una Huelga general feminista por un sistema de cuidados público comunitario y el libro es una manera de aportar desde Emagin Elkartea.
23 - 03 - 18

Combatir la violencia sexual y otras formas de violencia machista que se dan en nuestros entornos siempre ha sido tan complicado y complejo como necesario. Al superar la idea de que las agresiones son una cosa personal, y empezar a afrontarlos de forma colectiva, recurrimos a un abismo sin grandes referentes.
Queremos combatir estas violencias sin repetir las formas de la justicia estatal, poniendo en el centro las necesidades de las personas agredidas, y utilizando formas de reparación y justicia transformadoras.
Para ello, debemos tener claro que este tipo de justicia, denominada justicia restaurativa o transformadora, es una opción para responder ante una agresión, entre otras muchas. En esta opción se trabaja en base a las necesidades de la persona o grupo agredido y de cara a un proceso personal de responsabilidad para el agresor, pero también de forma colectiva para el entorno.
Para que esto sea así, el agresor deberá aceptar la agresión y aceptar un proceso basado en las necesidades de la persona agredida y de su entorno.
Aquí encontramos el abismo, y en el fondo del abismo muchas preguntas sin resolver: ¿qué es un proceso de responsabilización? ¿Cómo sabemos que el proceso ha terminado realmente? ¿Cuánto durará? ¿Quienes serán los observadores del proceso y qué indicadores tendremos en cuenta a la hora de valorarlo? ¿Tenemos fuerza colectiva suficiente para hacer frente a esto de esta forma?
Al igual que una agresión se asume de forma colectiva, las consecuencias y la responsabilidad también deberían tener un carácter colectivo. En este sentido, los hombres también debemos responsabilizarnos como colectivo, ya que participar en estos procesos ocupa mucho tiempo y energía, y siempre son nuestras compañeras feministas las que se encargan de ello.
La creación de un grupo de hombres que aborden cuestiones relacionadas con la virilidad, la violencia o el poder puede ser un buen punto de partida para prevenir estos casos, pero también para responder a preguntas que han quedado sin resolver. También es conveniente crear un espacio o estructura que permita integrar los procesos de responsabilización, sobre todo de cara al agresor.
No es una militancia paralela la que proponemos, sino una elaboración y una herramienta que nos permite militar de forma más feminista. Mientras no creemos herramientas para hacer frente a los privilegios que la sociedad nos otorga a los hombres, seguirán produciéndose agresiones internas. También es hora de iniciar un proceso general de toma de responsabilidad como colectivo de hombres.
22 - 09 - 27

Los próximos 11 y 12 de noviembre desde la Asociación Emagin Elkartea hemos organizado unas jornadas para analizar las (No)maternidades desde una perspectiva feminista. Hemos organizado las jornadas con el objetivo que nos hemos adherido como asociación: hacer de Euskal Herria un país feminista y profundizar en el proceso soberanista. Por eso creemos que tenemos que abordar ineludiblemente un tema que nos atraviesa a todas las mujeres[1]*: la maternidad. Y la verdad es que hemos tenido muchas dudas para organizarlas, porque es un tema complejo, y que cuenta con experiencias muy diversas. Por eso, para definirlas hemos recurrido a muchas feministas, para identificar cuáles son esos nudos y dar forma al programa. Sabemos que todos los vértices que tiene este ámbito no se pueden trabajar en unas jornadas, pero estamos satisfechas con los contrastes realizados y las aportaciones recibidas.
Hace tiempo que nos apareció la necesidad de trabajar en profundidad el tema. Aunque en las últimas Jornadas Feministas “Salda Badago” se trató el tema, no hubo oportunidad de trabajarlo en profundidad (sólo se hizo un taller) y varias feministas se quejaron. A la vuelta de este tema hemos visto cada vez más discursos y prácticas en Euskal Herria, pero no los vemos articulados (quizás no deban estarlo). Y además, en muchas investigaciones relacionadas con el cuidado que estábamos llevando a cabo el tema sale una y otra vez, y no teníamos ese debate muy desarrollado en la Asociación Emagin.
La idea de realizar estas jornadas fue tal y como resultan estas cosas. Tenemos una pequeña oficina en Andoain y nos emocionamos hablando entre compañeras. Para nuestra sorpresa, cuando empezamos a compartir esa emoción, recibimos una respuesta tremenda. A muchas feministas de alrededor la idea les pareció muy buena y nos animaron a trabajar en ello. Sentimos que podíamos aportar en este ámbito y asumimos el reto de profundizar en el tema. Son muchas las que están trabajando las maternidadades o los parentescos, y nos comprometimos en la Asociación a darle otro impulso más.
Estamos ante un tema muy complejo. No cabe duda. Son muchas las rebeldías, soledades, juicios, armarios, culpas, imaginarios, dudas, experiencias… que genera la maternidad. Ya sea como oportunidad, experiencia, decisión, impotencia o algo a lo que renunciamos, es un tema que atraviesa a muchas mujeres*. Por eso decimos que lo de la (no)maternidad es una experiencia colectiva. Es más, se trata de una experiencia colectiva de carácter eminentemente político y por eso creemos que hay que trabajarlo desde el feminismo. Asimismo, está atravesado por cuestiones que se llevan de forma muy íntima y personal, y que condicionan muchas decisiones y nos une con nuestras entrañas. Y no lo vamos a negar, es un tema que genera muchos malestares, heridas y juicios.
Ha sido nuestro destino obligado como institución patriarcal y por eso el debate ha sido inevitable para muchas mujeres. También ha sido y es deseo de otras muchas mujeres*. Es evidente que en la maternidad se agrupan vivencias diversas, por eso creemos que es necesario promover la reflexión feminista sobre las maternidades (no maternidades y otras maternidades), y crear un espacio de debate e intercambio.
Las jornadas las hemos organizado con ese objetivo general, pero hay otros. Por un lado, queremos visibilizar los diferentes modelos de maternidad y conocer experiencias para hacer frente a la única posibilidad de ser madre y a discursos y prácticas esencialistas y discriminatorias. Por otro lado, queremos analizar los imaginarios que se han promovido sobre las maternidades y crear otras constelaciones de imágenes para la transformación. Además, queremos identificar los malestares, qué tipo de violencia cruzan las elecciones de varias mujeres, cómo se relacionan con la estructura social y qué debemos hacer para completarlos. Por último, queremos conocer las teorías, discursos y estrategias feministas que han surgido en los últimos años para dar el salto a los parentescos comunitarios, para construir otras formas de parentesco, para acabar con la familia heteropatriarcal.
Sabemos que han sido muchos los discursos feministas aparecidos en los últimos años sobre las maternidades. Y es un tema que últimamente está en boga, sin duda. Ello desvela la necesidad que existe de reflexionar y por eso las planteamos como una oportunidad para unir y difundir todas esas reflexiones que se están dando tanto en el ámbito personal como en el local. Hay quien defiende que debemos renunciar a la experiencia de la maternidad; hay quien se está desafiando a pensar positivamente la maternidad; hay quien quiere situar en los estados la carga de la crianza; o quien pone en valor los imaginarios diversos y las experiencias de ser madre. Queremos invitar a todas ellas a las jornadas. Con respeto, y sororidad, queremos invitarlas a soñar, con la convicción de que podemos cambiar la situación actual.
Al fin y al cabo, queremos analizar las maternidades desde una perspectiva feminista, para encontrar las preguntas, las palabras, las estructuras y las aristas que esconden, y hacer, rehacer y deshacer las maternidades.
En los últimos tiempos estamos reivindicando un modelo de sociedad más justo que ponga las vidas en el centro y hemos puesto en el punto de mira nuestro sistema de cuidados. Pues bien, ahora que hablamos de vida y cuidados, es imprescindible analizar el papel de la maternidad como institución social. Asimismo, el tema de las (no)maternidades debe analizarse junto con las características propias del siglo XXI. Porque ha cambiado la presencia de las mujeres en el mercado laboral, la prioridad de lo productivo-público en nuestras vidas, la forma de construir las relaciones, la red social… y creemos que todo ello requiere una actualización de la mirada. ¡Anímate a hacerlo con nosotras!
Para ello hemos creado el programa que tenéis como anexo.
Como veis, para construir espacios de confianza, conocernos y reconocernos, también crearemos espacios informales. Un ejemplo de ello serán las comidas, meriendas, conciertos y actividades artísticas que hemos programado.
Dispondremos de un servicio de cuidado infantil que garantice la participación de todas las mujeres. Queremos crear un espacio inclusivo y para ello, además de contar con educadores y educadoras, tendrán la oportunidad de estar con los niños y niñas en un espacio especial las personas responsables del cuidado de las criaturas o podrán participar en las mismas jornadas con ellas.
ALGUNOS DATOS CONCRETOS:
– Como decimos, serán los días 11 y 12 de noviembre. Será un programa de todo el día y todas las actuaciones se desarrollarán en los dos espacios de Tabakalera: viernes por la mañana en la sala de cine y el resto en la sala denominada Prisma de la 5ª planta.
– Tenemos un aforo limitado. Por eso os invitamos a inscribiros cuanto antes. Abrimos el plazo desde hoy hasta el 4 de noviembre. Y se podrá realizar en el siguiente enlace: https://amatasunakfeminismotik.emagin.eus/
– Hemos puesto un precio de 10 €/ día. Si alguien tuviera algún problema puede escribir a la asociación y el pago quedaría exento. Asimismo, quien desee colaborar con la asociación podrá aportar una cantidad mayor.
– Las responsables podrán asistir acompañados de sus hijos y/o jóvenes. Hay que indicarlo bien en la inscripción.
– No se podrán seguir las jornadas vía streaming. Queríamos dar especial importancia a la asistencia y a encarnar el debate.
– Habrá sendos espectáculos artísticos vespertinos. Sólo se podrá acceder a ellos por 7 €.
El programa e inscripciones en la web: https://amatasunakfeminismotik.emagin.eus/
Emagin, es una pequeña asociación. Nacimos hace casi 20 años para difundir el conocimiento feminista en Euskal Herria, y en ello hemos trabajado en los últimos años. A pesar de muchos cambios, nuestro compromiso sigue siendo el mismo: seguir ofreciendo herramientas en el camino hacia una Euskal Herria feminista. Para ello, abordamos tres grandes líneas: investigación, formación y producción. Y aunque nuestros ámbitos de actuación son diversos, en la mayoría de los casos actuamos en estrategias de lucha contra las violencias machistas, procesos de democratización de los cuidados, genealogías feministas y creación de herramientas para el análisis feminista.
[1] Utilizamos la categoría de mujer porque creemos que todavía es una categoría válida para influir políticamente en nuestra realidad, aunque por encima que marca el actual sistema sexo-género, existimos múltiples vivencias, trayectorias, capacidades e identidades no binarias (bolleras, trans).