Rebeldías, soledades, sentencias, armarios, culpas, imaginarios, dudas, experiencias… La maternidad, como oportunidad, como experiencia, como decisión, como imposibilidad o algo a lo que renunciamos, es un tema que nos atraviesa a muchas mujeres. Por eso decimos que lo de la (no)maternidad es una experiencia colectiva. Es más, es una experiencia colectiva de carácter eminentemente político y por eso hay que trabajarla desde el feminismo. Es evidente que la maternidad recoge experiencias diversas, pero también que es una institución para perpetuar el control heteropatriarcal.
En los últimos tiempos estamos reivindicando un modelo de sociedad más justo que ponga las vidas en el centro y hemos puesto en el punto de mira nuestro sistema de cuidados. Pues bien, ahora que hablamos de vida y cuidados, es imprescindible analizar el papel de la maternidad como institución social. Asimismo, el tema de las (no)maternidades debe analizarse junto con las características propias del siglo XXI. Porque ha cambiado la presencia de las mujeres en el mercado laboral, la prioridad del sector productivo-público en nuestras vidas, las formas de construir las relaciones, las redes sociales… Todo ello requiere una actualización de la mirada.
Queremos analizar la parentalidad desde una perspectiva feminista y a ello vienen a dar un espacio las jornadas que hemos organizado desde Emagin para los días 11 y 12 de noviembre. Las entradas estarán disponibles a partir de septiembre.
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